antes de morir un Domingo
por la mañana,
y asi sentir
como tus sentidos
dejan de sentir.
Se puede tapar
el sol con la mano,
o con un simple
bombín,
también podemos
sentir un collar de
penas
que nos tiran hacia
el abismo,
creyendonos salvados
al confundirlas con
perlas.
Se siente inevitablemente
el silencio,
y su réplica exacta
que atosiga tu frío
cuerpo, el olvido.
Prefiero cantar
antes que morir un Domingo.
PREFIERO, de Nicolás Enrique
Músico, escritor y cualquier cosa que prefieras...
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